miércoles, 2 de enero de 2019

REINO UNIDO 1800 - ACTUALIDAD


Las guerras de Napoleón Bonaparte habían terminado en 1815, y mientras que la Revolución y la Francia imperial habían cambiado la cara de Europa, también estaba, más silenciosa, la poderosa Gran Bretaña, que pronto entraría en escena como la principal potencia del mundo. En este marco nació la princesa Victoria, en 1819.
La época victoriana en Inglaterra es una de las que se recuerda como de las más prosperas para este país, ya que en ese momento ocurrió todo el esplendor de la Revolución Industrial, así como también fue el momento donde más colonias tuvo alrededor del mundo, convirtiéndose en la máxima potencia mundial.
Victoria I de Inglaterra (1840-1901)

Seguramente la reina Victoria será una de las más recordadas en la historia no solo por ser la monarca que más tiempo permaneció en el trono de Inglaterra, sino también por todos los cambios positivos que sucedieron durante su gobierno. Según la visión de algunos sociólogos e historiadores, cuando la reina fue coronada, Inglaterra era un país agrícola y artesanal, pero cuando muere, este país había desarrollado una red de ferrocarriles envidiable para el resto del mundo y revolucionado la economía mundial. Siempre intentó proteger los intereses cosmopolitas de la época y quiso estrechar relaciones internacionales entre las distintas casas monárquicas europeas, casando a sus hijos con herederos y herederas de las distintas casas monárquicas de la vieja Europa.
Además, la reina Victoria fue una de las monarcas que más se preocupo en promover leyes a favor de su género.
Esta fue la impronta de Victoria sobre la historia del mundo. Durante gran parte del siglo XIX, la libra esterlina británica fue la moneda corriente dentro de los mercados mundiales, la flota británica la autoridad máxima en ultramar, las humeantes fábricas y las incontables vías del ferrocarril fueron el ejemplo a seguir para todas las demás potencias que imitaron la Revolución Industrial británica.

El siglo XIX fue un siglo en el que Gran Bretaña necesitaba estabilidad y la conseguía mediante distintos conflictos y guerras como la de Crimea, guerras que se incrementaron con la llegada de las nuevas políticas de carácter imperialistas que pusieron en pie de guerra a las distintas colonias y que terminaría desembocando en las Guerras de los Bóer.
Revueltas en la India como la de 1857, cuando los cipayos, integrantes nativos del ejército de La Compañía Británica de las Indias Orientales, se revelaron contra el dominio de ésta. A esta revuelta se sumaron distintos sectores sociales de la población. Ante las continuas revueltas, la compañía se suprimió en agosto de 1858, pasando la India de ser Colonia gobernada por la Compañía Británica a depender directamente de la Corona Británica, dando así comienzo al periodo del Raj Británico hasta 1947.

Poco a poco se fueron haciendo con plazas económicamente importantes, como en 1875 cuando Gran Bretaña compra las acciones que Egipto tenía sobre el Canal de Suez, aprovechando la falta de liquidez del gobierno egipcio y a su necesidad de liquidar deudas, algo que Gran Bretaña aprovechó sin dudar. Ocho años después, en 1882, Egipto se convierte en Protectorado de Gran Bretaña, asegurando las rutas comerciales hacia la India.

Por otro lado, desde aproximadamente 1679, los partidos que componían la Cámara de los Comunes eran los Whig y los Tory, quienes dieron origen al “juego parlamentario” entre la mayoría y la oposición, que constituye la base de toda democracia occidental. Los gobiernos se fueron alternando durante la Era Victoriana, pero ninguno abordó el problema de necesidad de autogobierno de Irlanda, un hecho al que no se le dio la importancia debida y que mas tarde desempeñaría un papel fundamental sobre todo al final de éste reinado, cuando surgió la división de Irlanda del sur republicana y católica de la Irlanda unionista del norte y en su mayoría protestante, siendo solo ésta zona la que permanecería con el Reino Unido en el futuro próximo.


Al año de la muerte de la reina Victoria, en 1901, la mayoría de los gobernantes del continente europeo eran sobrinos, primos, o incluso nietos de Victoria. Entre ellos, Wilhelm II, quien llevó a Alemania hacia la Primera Guerra Mundial.
Europa en 1914

Entre otras causas que provocaron la Primera Guerra Mundial en 1914, el inglés antigermanismo surgió como resultado de la competencia industrial alemana cuyos productos concurrían en los mismos mercados que los ingleses, incluyendo la propia Inglaterra. Por esto se comenzó a alimentar la idea de que Alemania debía ser contenida.
Inglaterra pertenecía al bando ganador formado además por Rusia y Francia (Triple Entente) contra Alemania, Austria e Italia (Triple Alianza) además de la participación de otros 17 países de los cinco continentes en la contienda.
A pesar de las terribles consecuencias de esta guerra, se fortaleció el sentimiento revanchista de Alemania y en 1939 estalló la SegundaGuerra Mundial, en la que de nuevo el bando de los ingleses sale victorioso.

Las principales consecuencias de esta desastrosa guerra en 1943 fueron: la caída de los regímenes fascistas de Alemania e Italia, el fin del imperialismo japonés, la destrucción de una importante parte de Europa, Asia y Oceanía, la muerte de más de 60 millones de personas y la creación de la Organización de Naciones Unidas el 24 de octubre de ese mismo año para asegurar la paz internacional y la prevención de futuros conflictos.


En la actualidad, el Reino Unido es una monarquía parlamentaria cuya primera ministra es Theresa May desde el 13 de julio de 2016. Lidera el partido conservador, que obtuvo la mayoría de los escaños en la Cámara de los Comunes en las elecciones generales del 7 de mayo de 2015, con David Cameron como líder del partido.
La economía británica es la sexta más fuerte del mundo, a pesar de crecer ligeramente menos en el último año. Esto se debe a las consecuencias de las incertidumbres en torno a las negociaciones del Brexit. Desde que el Reino Unido en 2016 votó por salir de la Unión Europea, el gobierno ha negociado los términos de la salida del país. Dicha falta de claridad sobre las relaciones comerciales futuras del país perjudica el consumo y la inversión, además una caída del valor de la libra que provoca la subida de los precios, inflación mayor al 3% a finales del 2017, por primera vez desde 2012.





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